El halving de Bitcoin en abril de 2024 marcó un punto de inflexión que, históricamente, ha anticipado máximos de mercado entre los 500 y 550 días posteriores. Este cálculo coloca el posible tope del ciclo en los últimos meses de 2025, un horizonte que despierta tanto expectativas como advertencias entre los analistas.
Los modelos de proyección fractal señalan que la fase alcista ya estaría en un 93 % de avance, lo que encajaría con un desenlace entre octubre y noviembre de 2025. Además, el impulso reciente no puede desvincularse de los comentarios del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en Jackson Hole, donde abrió la puerta a recortes de tasas y fortaleció el optimismo de los inversionistas.
Debate entre el final y la prolongación
En consecuencia, una corriente de expertos insiste en que el actual ciclo se aproxima a su techo natural. Ethereum ha alcanzado nuevos picos históricos en este entorno, reflejando la magnitud del entusiasmo. Por otro lado, otra visión plantea que la acumulación de deuda global que deberá refinanciarse en 2026 podría actuar como catalizador y mantener la tendencia alcista más tiempo del previsto.
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Del mismo modo, la relación entre política monetaria y ciclos financieros tradicionales ha cobrado relevancia. La interacción entre liquidez y expectativas de inflación influirá directamente en la duración del repunte. Asimismo, las plataformas de negociación observan cómo la entrada de capital institucional acelera los movimientos de mercado.
Factores determinantes del desenlace
El análisis técnico, combinado con el calendario de eventos macroeconómicos, sostiene que octubre de 2025 es la ventana más probable para un máximo. De igual manera, la posible colisión entre ciclos de deuda y liquidez hacia 2026 mantiene abierta la puerta a un desenlace tardío. Un dato contundente respalda la tensión del escenario: más de 2.1 billones de dólares en deuda corporativa estadounidense vencerán en 2026, cifra que podría alterar la trayectoria del mercado cripto.
