El uso de criptomonedas por parte del crimen organizado se ha convertido en una herramienta estratégica. No por la supuesta anonimidad que ofrece, sino por su eficiencia y rapidez. Así lo revela un nuevo informe de Chainalysis, el cual contradice la narrativa popular sobre la dificultad para rastrear transacciones en Blockchain.
De acuerdo con la investigación, reseñada por Cryptopolitan, organizaciones criminales como los cárteles mexicanos han comenzado a usar criptomonedas no porque sean imposibles de rastrear, sino porque permiten realizar pagos transfronterizos sin las limitaciones del sistema bancario tradicional. Esta dinámica les ha permitido enviar dinero rápidamente a proveedores, por ejemplo, para la adquisición de elementos químicos en China para la producción de fentanilo.
Más eficiencia que anonimato
Aunque muchos criminales creen que las criptomonedas garantizan el anonimato, Chainalysis aclara que este es un mito. Cualquier transacción que no sea intencionalmente ocultada termina por ser pública y rastreable en Blockchain. Este malentendido ha llevado a una adopción desprevenida por parte de redes delictivas, quienes en muchos casos no utilizan herramientas avanzadas de privacidad como mezcladores o monedas como Monero.
A diferencia de grupos cibernéticos patrocinados por estados, como los hackers norcoreanos, que sí emplean métodos sofisticados para ocultar sus huellas, las redes de crimen organizado tradicional suelen operar con criptomonedas ampliamente disponibles como Bitcoin o stablecoins, sin preocuparse por encubrir sus operaciones.
Este comportamiento ha facilitado a las autoridades la identificación de sus movimientos, especialmente cuando usan exchanges centralizados (CEX) que están sujetos a regulaciones de KYC y AML.
Una de las oportunidades más relevantes que esto ha brindado a las autoridades es la posibilidad de congelar fondos vinculados al crimen. Al utilizar plataformas reguladas, los criminales se exponen a que sus activos sean bloqueados. Un ejemplo destacado fue el caso del cofundador de Ledger, quien fue secuestrado; las fuerzas del orden lograron rastrear y congelar casi todo el rescate pagado en criptomonedas.









