Mientras gran parte del ecosistema cripto explora nuevos territorios regulatorios, China va en sentido contrario y endurece su postura. El gigante asiático lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2025, dirigida tanto a operaciones ilegales de minería como a esquemas fraudulentos relacionados con criptoactivos.
Las autoridades chinas han reforzado la cooperación entre agencias de seguridad y organismos regulatorios para atacar puntos clave: consumo eléctrico no autorizado, evasión de impuestos, lavado de dinero y fraudes con tokens. Esta coordinación interinstitucional tiene como meta eliminar lo que consideran amenazas para el sistema financiero y la seguridad nacional.
Criptomonedas en la mira: una vigilancia total
El Ministerio de Seguridad Pública ahora monitorea intensamente las direcciones IP y patrones de energía vinculados a granjas mineras, incluso en zonas residenciales o industriales reconvertidas. Además, se ha dado luz verde a investigaciones más agresivas contra plataformas de inversión en criptomonedas, muchas de ellas promovidas en redes sociales o apps de mensajería como WeChat.
La campaña también apunta a redes de estafa basadas en cripto, incluyendo esquemas Ponzi disfrazados de inversiones DeFi. Los reguladores han alertado sobre el uso de stablecoins para lavar capitales y evadir controles de capital.
A pesar de que la minería de Bitcoin está prohibida desde 2021, informes recientes revelan operaciones ocultas que se mantienen mediante conexiones no registradas o intermediarios. En octubre, se desmanteló una red de más de 70 nodos ilegales en Xinjiang y Mongolia Interior, con pérdidas estimadas en millones de yuanes en subsidios eléctricos malversados.
