La Reserva Federal no necesita mover un dedo para que el mercado DeFi se sacuda. Aunque la tasa de interés en Estados Unidos se mantiene en 5,25 % desde julio de 2023, su influencia atraviesa fronteras y alcanza de lleno al ecosistema de las finanzas descentralizadas.
Un entorno de tasas altas suele generar un efecto dominó: los inversores optan por instrumentos más seguros como bonos del Tesoro, lo que reduce la liquidez en criptoactivos. La consecuencia directa para DeFi es menos volumen, menos usuarios y un retorno decreciente en protocolos de préstamo o staking.
Tasa de interés y su rol clave en DeFi
En protocolos como Aave o Compound, las tasas de interés se ajustan dinámicamente según la oferta y demanda de tokens. Cuando los mercados tradicionales ofrecen rendimientos atractivos en activos de bajo riesgo, los incentivos para prestar o pedir prestado en DeFi disminuyen. Esto provoca un descenso en las tasas dentro del propio ecosistema, afectando su competitividad frente a alternativas más tradicionales.
Además, stablecoins como DAI o USDC, pilares del ecosistema DeFi, también ven alterado su flujo. Si los traders buscan dolarizarse por fuera del mundo cripto, se desincentiva el uso de estos activos en plataformas descentralizadas.
Por otro lado, el mercado DeFi aún depende en gran parte de capital especulativo. Y ese capital suele moverse con rapidez en contextos macroeconómicos adversos. Cuando la Fed insinúa que mantendrá tasas altas por más tiempo, se desencadena una ola de ajustes en carteras y posiciones de riesgo.
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