América Latina es una región con una baja penetración de los servicios financieros tradicionales, eso abre una gran oportunidad para que estos países aprovechen las criptomonedas e impulsar mayor inclusión financiera.
Comprar criptomonedas es una acción cada vez más frecuente en las generaciones más jóvenes a nivel internacional.
Las criptomonedas son activos digitales que utilizan la tecnología de cadena de bloques (blockchain) para garantizar su seguridad, transparencia y descentralización.
Las criptomonedas se pueden intercambiar por otras monedas, bienes o servicios. También se pueden utilizar para financiar proyectos e iniciativas a través de las ofertas iniciales de monedas (ICO, por sus siglas en inglés).
Según el Índice de Nuevos Pagos 2022 de Mastercardl, el 51% de los consumidores de la región ya han realizado una transacción con criptoactivos.
Y más de un tercio dice haber hecho un pago por una compra cotidiana con stablecoins, que son criptomonedas vinculadas a una moneda fiduciaria o a otro activo para reducir su volatilidad.
Uno de los principales factores que impulsan el interés por las criptomonedas en América Latina son las remesas. Son una fuente importante de ingresos para muchas familias y economías de la región.
La inclusión financiera se refiere al acceso que tienen las personas y las empresas a diversos productos y servicios financieros útiles y asequibles que atienden sus necesidades —transacciones, pagos, ahorro, crédito y seguros— y que se prestan de manera responsable y sostenible.









