La amenaza no viene en forma de misiles ni malware: está en los pasillos del Parlamento británico. El MI5, la agencia de seguridad interna del Reino Unido, advirtió a los legisladores sobre los riesgos crecientes de espionaje por parte de actores vinculados al Partido Comunista Chino. En un comunicado clasificado distribuido el lunes, los servicios de inteligencia describieron una estrategia “persistente y agresiva” con el objetivo de infiltrar procesos políticos clave.
La alerta, que se produce a menos de dos meses de que el primer ministro Rishi Sunak disolviera el Parlamento, encendió las alarmas en Westminster. Las agencias identificaron a representantes, intermediarios y entidades sospechosas de intentar establecer relaciones con funcionarios y candidatos británicos, aprovechando canales de influencia, donaciones políticas y plataformas digitales.
Seguridad nacional en jaque por el espionaje chino
La palabra espionaje ya no remite a tramas de la Guerra Fría. Ahora tiene un tono digital, sofisticado y multicanal. Según el MI5, estas acciones buscan moldear políticas internas en favor de Pekín, recolectar información sensible y expandir redes de influencia antes de las elecciones generales de 2026.
Además, se identificaron tácticas de «caza de talentos», donde supuestas empresas y organizaciones académicas ofrecen oportunidades laborales y de colaboración a figuras públicas, ocultando su conexión con intereses estatales chinos. Esta estrategia se habría intensificado desde agosto, según reportes cruzados de inteligencia.
Las autoridades británicas, en colaboración con aliados del G7, analizan implementar protocolos más estrictos de verificación y transparencia para evitar injerencias externas. Aunque por ahora no se han hecho públicos nombres ni sanciones concretas, se prevé que el gobierno endurezca sus políticas en materia de relaciones exteriores y lobby político.
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