Wall Street ya no mira a Bitcoin desde la distancia. Desde octubre, el ecosistema financiero de Estados Unidos registra una aceleración clara en la adopción de ETFs cripto al contado, impulsada por la aprobación del ETF de Ethereum por parte de la SEC. Esto marca un cambio estructural que ya impacta a gestoras de fondos, bancos y operadores minoristas.
El ETF de Bitcoin de BlackRock superó los 21.000 millones de dólares en activos bajo gestión, posicionándose como uno de los lanzamientos más exitosos del sector. La entrada de jugadores institucionales genera una nueva narrativa: los criptoactivos ya no son solo un experimento de nicho. Además, se consolida un canal regulado para acceder a criptomonedas sin necesidad de custodiar tokens directamente.
¿Por qué los ETFs cripto están cambiando el juego?
Los ETFs cripto permiten negociar activos digitales en bolsas tradicionales, con menos fricción regulatoria y sin exposición directa a wallets ni claves privadas. Esto atrae a perfiles más conservadores o con mandatos institucionales. También amplía el rango de productos financieros en carteras globales.
Por otro lado, los movimientos del precio de Bitcoin han mostrado mayor estabilidad desde la aprobación de estos instrumentos, sugiriendo que la liquidez institucional puede estar suavizando la volatilidad histórica. De igual manera, la industria espera que la reciente aprobación de ETFs en Australia y Hong Kong abra aún más el acceso internacional.
En paralelo, firmas como Fidelity, VanEck y Grayscale compiten por ofrecer productos con bajas comisiones y alta liquidez, lo que impulsa una carrera por la eficiencia en el sector. Al cierre de noviembre, el total de activos gestionados por ETFs de criptomonedas ya supera los 50.000 millones de dólares a nivel global, duplicando los niveles de principios de año.
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