Las ‘blockchain’ de segunda capa, o Layer 2 (L2), son protocolos que se construyen encima de una cadena de bloques principal, como por ejemplo, Bitcoin o Ethereum.
Estas capas adicionales están diseñadas para resolver los retos a los que se enfrenta esta tecnología, al tratar de impulsar procesos descentralizados que sean seguros y escalables.
Tanto Bitcoin como Ethereum están limitadas por su capacidad para procesar transacciones por segundo, lo que dificulta su escalabilidad y la adopción de la tecnología.
La migración de Ethereum al mecanismo de consenso ‘Proof-of-Stake’ (PoS) en 2022, más eficiente que el original ‘Proof-of-Work’ (PoW), tenía entre sus objetivos potenciar su escalabilidad, pero es un proceso que lleva tiempo. Para solucionar el que se conoce como ‘trilema’ de ‘blockchain’ —es decir, que para una cadena de bloques es difícil encontrar el equilibrio entre la escalabilidad, la descentralización y la seguridad— surgen las cadenas de bloques Layer 2, o de capa secundaria (L2).
Una ‘blockchain’ L2 es una solución construida sobre otra cadena de bloques como por ejemplo Ethereum —considerada ‘blockchain’ de Layer o Capa 1—, pero sin reemplazarla. La ‘blockchain’ de Layer 1 canaliza algunos de los procesos de almacenamiento y verificación de transacciones hacia esta red de capa secundaria. Algunos de los beneficios que se logran con esta canalización son aumentar la capacidad y velocidad de procesamiento de transacciones en la ‘blockchain’ principal y reducir los costes asociados a estas operaciones. Posteriormente, se publican los datos de las transacciones en la Capa 1 para garantizar su acceso por parte de los usuarios.









