La minería de bitcoin en México y el mundo atraviesa una etapa de transformación acelerada. Mientras el poder de cómputo de la red se expande a niveles sin precedentes, la rentabilidad por cada terahash enfrenta un ajuste sostenido. En este contexto, el hash-rate se consolida como el termómetro principal para entender la salud y competitividad del ecosistema minero.
Desde la última reducción de recompensas en abril de 2024, el hash-rate global ha mostrado un crecimiento constante. Para mayo de 2025 la red superaba los 831 EH/s, y en octubre ya se acercaba a 1.14 ZH/s, marcando el ingreso de Bitcoin a la era zettahash. Este aumento está vinculado a la modernización de los equipos ASIC, la migración de granjas a regiones con energía más barata y la entrada de nuevos actores institucionales en la minería.
Del mismo modo, el fortalecimiento del hash-rate incrementa la seguridad de la red, al disminuir la posibilidad de que un solo operador concentre la mayoría del poder computacional. Esto eleva la barrera de entrada para ataques coordinados y refuerza la confianza en la infraestructura descentralizada.
Rentabilidad ajustada y el reto del hash-rate en criptominería
El otro lado de la moneda es la presión sobre los márgenes. En septiembre de 2025, la rentabilidad del minado cayó más de 7 % respecto al mes anterior debido al incremento de la dificultad y un leve descenso en el precio de Bitcoin. El “hashprice”, o ingreso por unidad de poder de cómputo, promediaba los 51 USD por PH/s/día.
De igual manera, la competencia entre granjas obliga a modernizar hardware y asegurar contratos eléctricos a largo plazo. En consecuencia, los mineros pequeños enfrentan un entorno más complejo y dependiente de la eficiencia energética.
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En Latinoamérica, México empieza a perfilarse como un punto de interés gracias a su potencial en energías renovables. Los costos energéticos competitivos podrían atraer capital hacia proyectos de minería sostenible, siempre que la regulación acompañe.
Los datos más recientes estiman que el costo promedio de producción de bitcoin ronda los 106 823 USD por unidad, lo que refuerza la necesidad de optimizar consumo, escala y ubicación para sostener operaciones rentables.
