Las nuevas restricciones bancarias cripto en China marcan otro capítulo en la ofensiva regulatoria del país. El Banco Popular de China ordenó a instituciones financieras y plataformas de pago bloquear operaciones sospechosas vinculadas con criptomonedas, reforzando el cerco sobre la actividad digital y consolidando el control estatal sobre el sistema financiero.
Estas restricciones bancarias cripto exigen que los bancos identifiquen y detengan transacciones que puedan relacionarse con la compra, venta o transferencia de activos digitales. No se trata solo de supervisión, sino de prevención activa: las entidades deben actuar como barrera para impedir la conexión entre el sistema bancario y el universo cripto. La medida amplía una política que ya había limitado intercambios y vetado la minería en distintas regiones del país.
Con ello, Pekín busca reducir riesgos de lavado de dinero, evasión fiscal y salida de capitales a través de criptomonedas. Al mismo tiempo, refuerza la dependencia hacia su moneda digital oficial, el yuan digital, posicionándolo como alternativa segura dentro del sistema financiero doméstico.
Impacto global de las restricciones bancarias cripto
La expansión de estas restricciones bancarias cripto tiene efectos más allá de China. Al cortar vínculos con el sistema tradicional, las transacciones peer-to-peer ganan relevancia, y las plataformas internacionales podrían atraer a usuarios que ya no pueden operar localmente. Este desplazamiento también puede alterar flujos de liquidez en Asia y fortalecer mercados paralelos.
De igual manera, el impacto reputacional es global: China, actor clave en la industria, envía una señal de endurecimiento que otros gobiernos podrían replicar en sus propias regulaciones financieras. En consecuencia, el debate sobre el equilibrio entre control e innovación digital vuelve al centro de la agenda. Si este artículo te está gustando, podrías leer: Más quiebras de mil millones marcan una pauta inquietante
Según estimaciones de analistas, el mercado cripto chino ha perdido más del 70 % de su volumen desde 2023, y los flujos de stablecoins transfronterizas se redujeron notablemente durante el último trimestre.
