China ha desempeñado un papel fundamental y a menudo contradictorio en el mundo de las criptomonedas. A lo largo de los años, el país ha pasado de ser un actor dominante en la minería y el comercio de criptomonedas a implementar una serie de restricciones y regulaciones que han impactado significativamente en el mercado global.
La Ascensión de China en el Mundo de las Criptomonedas
En la primera mitad de la década de 2010, China se convirtió rápidamente en un epicentro para la minería y el comercio de criptomonedas. Empresas chinas como Bitmain dominaron la producción de equipos de minería de Bitcoin, mientras que las granjas mineras chinas, beneficiándose de la electricidad barata, llegaron a controlar una parte significativa del poder de hash global.
Además, los intercambios de criptomonedas en China, como Huobi y OKCoin, fueron algunos de los más grandes del mundo, facilitando enormes volúmenes de transacciones y contribuyendo al crecimiento explosivo del mercado de criptomonedas.
Sin embargo, a medida que las criptomonedas ganaban popularidad, el gobierno chino comenzó a expresar preocupaciones sobre los riesgos financieros y la estabilidad económica. En 2013, el Banco Popular de China (PBOC) prohibió a las instituciones financieras manejar transacciones en Bitcoin, marcando el comienzo de una serie de medidas regulatorias.
En 2017, China dio un paso más allá al prohibir las ofertas iniciales de monedas (ICO) y ordenar el cierre de los intercambios de criptomonedas nacionales. Estas acciones enviaron ondas de choque a través del mercado global, reduciendo temporalmente los precios de las criptomonedas y obligando a muchas empresas a trasladar sus operaciones al extranjero.









