Lo que parecía un escondite improvisado terminó en uno de los decomisos más llamativos del verano en Países Bajos. La policía neerlandesa anunció en agosto la incautación de activos digitales equivalentes a 2 millones de euros, localizados en un zapato dentro de una residencia, durante un operativo contra delitos financieros.
El hallazgo ocurrió en medio de investigaciones sobre lavado de dinero y fraude cibernético. De acuerdo con los reportes oficiales, el valor total ascendió a aproximadamente 2.2 millones de dólares, reforzando la creciente preocupación de las autoridades europeas por el uso de criptomonedas en esquemas ilegales.
En consecuencia, este caso se suma a una tendencia más amplia en la Unión Europea, donde los organismos reguladores intensifican la supervisión de transferencias digitales. Países Bajos, considerado un hub tecnológico, ha visto un repunte en operaciones que combinan efectivo, activos digitales y métodos poco convencionales para ocultar fondos.
Cripto escondida en objetos cotidianos
La elección de un zapato como escondite ilustra la creatividad —y la desesperación— de quienes buscan evadir los controles. Del mismo modo, este tipo de decomisos resalta la necesidad de reforzar la cooperación transfronteriza en el rastreo de transacciones blockchain, un reto que avanza a la par del mercado cripto.
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Por otro lado, la policía neerlandesa informó que el caso sigue bajo investigación, sin detallar la identidad de los implicados ni el origen específico de los fondos. La estrategia refleja una política de cautela que evita entorpecer procesos judiciales en curso.
En 2024, Europol informó que las incautaciones de cripto vinculadas a delitos en Europa alcanzaron más de 9,000 millones de euros, el doble de lo registrado un año antes.
