El repentino estruendo en los mercados internacionales dejó al universo cripto tambaleando. En México y en todo el mundo, los precios colapsaron con fuerza, pero lejos de señalar un desastre estructural, muchos analistas advierten que este episodio responde a desequilibrios técnicos de corto plazo.
Un conjunto letal de factores —apalancamiento excesivo, sesgo casi unilateral hacia posiciones largas y anuncios geopolíticos sorpresa— detonó la caída. En solo 24 horas se liquidaron más de 19 000 millones de dólares en criptomonedas, la mayor operación de liquidez jamás registrada.
Al mismo tiempo, algunas altcoins mostraron precios erráticos en plataformas como Binance, que atribuyó esos desplomes a un error de visualización, no a abandono total de valor.
¿Qué hay detrás del crash cripto?
El núcleo del problema no fue un fallo doctrinal ni el colapso del blockchain, sino la exposición excesiva al apalancamiento. The Kobeissi Letter calculó que se eliminaron unos 16 700 millones en posiciones largas frente a apenas 2 500 millones en cortas, una proporción cercana a siete a uno. Además, el anuncio de aranceles del presidente estadounidense cayó justo en una zona de baja liquidez, lo que magnificó la caída.
Santiment advirtió que culpar únicamente a un factor político es una racionalización colectiva típica después de un desplome, más una narrativa que una causa directa. De igual manera, este episodio recuerda cómo los mercados momentum pueden revertirse sin previo aviso cuando se agota el flujo comprador.
No te pierdas: Cómo la nueva apuesta de SWIFT para pagos tokenizados amenaza el dominio de Ripple.
Distintos analistas ven la corrección como un reinicio necesario. Por ejemplo, el trader Alex Becker considera que este colapso podría representar el inicio de una nueva fase alcista. Otros pronostican un enfriamiento de semanas antes de retomar la senda ascendente, aunque de forma más gradual. En México algunos operadores aprovechan la cesión para acumular posiciones en BTC y ETH, confiando en el piso psicológico que han formado estas criptomonedas.
Asimismo, hay señales de resiliencia: Bitcoin recuperó parte de su dominio de mercado, mientras el índice de miedo y codicia pasó al territorio de “miedo extremo”. Aun bajo presión macroeconómica, muchos inversores sitúan su mirada en resistencias clave más que en catástrofes estructurales.
Este año México ha mostrado una adopción creciente en criptomonedas institucionales y de pago local, lo que incrementa el efecto contagio frente a shocks globales. En consecuencia, un crash puramente técnico no necesariamente implica que los fundamentos del sector se debiliten en el país.
Con todo, el volumen diario de transacciones en exchanges mexicanos no cayó más de un 15 % durante el choque, lo que indica que el mercado local siguió activo incluso en momentos de pánico.









