Una blockchain, o cadena de bloques, es esencialmente un libro de registros digital, distribuido y descentralizado que registra transacciones en múltiples computadoras de manera que el registro no puede ser alterado retroactivamente sin la alteración de todos los bloques subsiguientes.
1. Blockchains Públicas: Democracia en Datos
Las blockchains públicas son la esencia de la descentralización. Son redes en las que cualquier persona puede unirse y participar en el proceso de verificación de transacciones. La naturaleza abierta de estas blockchains promueve una transparencia total, permitiendo que cualquier usuario verifique los datos y participe en la red. Bitcoin y Ethereum son ejemplos prominentes de blockchains públicas, demostrando el poder de la transparencia y la resistencia a la censura.
Características Clave:
Accesibilidad: Cualquier persona con una conexión a internet puede participar.
Transparencia: Todas las transacciones son visibles para quienes participan en la red.
Seguridad: La descentralización hace que sean resilientes a ataques y fraudes.
Inmutabilidad: Una vez registrada, la información no puede ser alterada.
2. Blockchains Privadas: Exclusividad y Control
Las blockchains privadas operan bajo el principio de acceso restringido, generalmente gestionado por una entidad o consorcio. Son preferidas por organizaciones que buscan las ventajas de la tecnología blockchain, como la inmutabilidad y la eficiencia, pero con un mayor control sobre quién puede participar en la red y bajo qué condiciones.
Características Clave:
Privacidad: Acceso limitado a una red cerrada.
Eficiencia: Menos participantes para validar transacciones significa procesos más rápidos.
Control: Una entidad central o consorcio gestiona la red y establece reglas.
Personalización: Capacidad de ajustar la red a necesidades específicas.









