Stablecoins vs tarjetas de crédito en la economía digital

Ilustración editorial de stablecoins y tarjetas de crédito en la economía digital global
Stablecoins vs tarjetas de crédito en la economía digital

La forma de pagar evoluciona con rapidez y hoy la comparación más frecuente es entre stablecoins y tarjetas de crédito. El debate se concentra en la inmediatez de las transacciones, los costos ocultos y el alcance de cada opción dentro de la economía digital global.

Los emisores de tarjetas de crédito mantienen ventajas por su penetración y aceptación en millones de comercios, mientras que las stablecoins crecen con fuerza en transferencias internacionales. El atractivo está en la rapidez y el bajo costo, en especial para mercados donde las comisiones bancarias superan el 3 por ciento por transacción.

Ventajas y límites de stablecoins frente a tarjetas de crédito

Las stablecoins ofrecen liquidez casi instantánea, liquidación en tiempo real y transparencia en blockchain. También reducen la dependencia de intermediarios bancarios, lo que abre la puerta a nuevos usuarios. Por otro lado, las tarjetas de crédito permiten financiamiento, ofrecen programas de lealtad y cuentan con seguros de compra que aún no están disponibles de manera amplia en el ecosistema cripto.

Además, la regulación marca diferencias. Las tarjetas de crédito operan bajo marcos legales establecidos durante décadas, mientras que las stablecoins atraviesan un proceso de supervisión en constante construcción. Esto influye en la confianza del consumidor y en la adopción por parte de instituciones financieras.

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Adopción global y proyecciones

El crecimiento del uso de stablecoins se refleja en cifras recientes: de agosto a septiembre de 2025, el volumen diario de transacciones superó los 150 mil millones de dólares, de acuerdo con datos de CoinMetrics.

Este nivel compite con flujos procesados por redes de tarjetas de alcance mundial. Del mismo modo, los principales emisores experimentan una presión creciente para modernizar sus sistemas y ofrecer costos más bajos.

La convergencia entre ambos modelos no es lejana. Grandes procesadores de pagos exploran integrar stablecoins en sus redes, mientras que emisores de tarjetas desarrollan soluciones basadas en blockchain. La posibilidad de que un consumidor pague en stablecoins y el comercio reciba en su moneda local ya no es un experimento, sino una herramienta en fase piloto.

En 2024, Visa reportó que más de 2,500 millones de tarjetas activas procesaron transacciones por 15 billones de dólares en valor total, una magnitud que ilustra la competencia frente al avance de los activos digitales.

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