El 7 de agosto de 2025, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva que permite a los planes 401(k) invertir en criptomonedas, private equity e inmuebles. Esta decisión abre el acceso a más de 9 billones de dólares en activos alternativos que antes estaban fuera del alcance de la mayoría de los trabajadores estadounidenses.
La medida busca diversificar las carteras de retiro y mejorar los rendimientos a largo plazo. Con este cambio, los inversionistas individuales tendrán la posibilidad de incluir en sus cuentas de jubilación activos tradicionalmente reservados a fondos institucionales.
Impacto en la regulación y en el mercado
El gobierno federal instruyó al Departamento de Trabajo, al Tesoro y a la Comisión de Bolsa y Valores para que revisen las reglas de inversión bajo la ley ERISA. El proceso de adaptación normativa podría extenderse hasta 2026 y marcar un precedente para la inclusión de activos no tradicionales en esquemas de retiro.
Tras el anuncio, el precio de bitcoin subió más de 2 % y alcanzó cerca de 116 820 dólares, reflejando la reacción positiva de los mercados.
Riesgos y advertencias
Especialistas en inversión advierten que los nuevos activos incorporan riesgos relevantes como alta volatilidad, menor liquidez y mayores costos. También señalan que la complejidad y la baja transparencia de estos instrumentos pueden representar desafíos para los administradores de fondos de retiro.
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Contexto y medidas complementarias
La orden ejecutiva se suma a otras iniciativas recientes enfocadas en fortalecer el marco legal para activos digitales. Entre ellas destaca la aprobación del GENIUS Act, que establece reglas claras para las stablecoins y refuerza la confianza en el ecosistema cripto.
Con esta apertura, el sector financiero y los reguladores enfrentan el reto de equilibrar innovación con seguridad para los ahorros de millones de trabajadores.
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