La banca en Suiza da un paso inesperado hacia la digitalización al poner bajo la lupa la tecnología blockchain para gestionar depósitos bancarios. Dos de las instituciones financieras más influyentes del país lideran un estudio que podría redefinir la forma en que los clientes confían y resguardan su dinero.
El interés no es nuevo, pero en agosto de 2025 los bancos ampliaron su análisis con un enfoque directo en el uso de registros distribuidos para respaldar depósitos minoristas y corporativos. El objetivo es medir si la transparencia, seguridad y eficiencia de esta tecnología puede aplicarse en un sector acostumbrado a la cautela.
Blockchain en depósitos bancarios
Los responsables del estudio señalaron que un sistema basado en blockchain podría aumentar la trazabilidad de los movimientos y reducir costos operativos. De igual manera, se busca comprobar si los contratos inteligentes tienen capacidad de automatizar procesos de liquidación sin depender de intermediarios.
Por otro lado, el Banco Nacional Suizo y la Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero acompañan el análisis con especial atención a los riesgos de estabilidad financiera. En consecuencia, el estudio no solo mide beneficios tecnológicos, sino también impactos en liquidez y confianza de los depositantes.
Desafíos y posibles implicaciones
Aunque las ventajas parecen atractivas, los bancos reconocen que integrar blockchain en depósitos tradicionales implica retos regulatorios y técnicos. No se trata únicamente de migrar sistemas, sino de garantizar que la custodia de fondos cumpla con estándares internacionales y que los usuarios perciban la misma seguridad de siempre.
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En paralelo, el estudio coincide con una mayor presión internacional para que los grandes bancos adopten soluciones digitales que conecten a los mercados tradicionales con el ecosistema de activos tokenizados. La investigación en Suiza abre la puerta a que otros centros financieros exploren modelos similares en el corto plazo.
El sistema bancario suizo administra depósitos que superan los 2.5 billones de dólares, volumen que convierte cualquier cambio tecnológico en una transformación de alcance global.
